La mente humana puede ser engañosa y hacernos ver vívidas alucinaciones, sobre todo si lo que nos rodea es un terreno inhóspito como el desierto. Así comienza la historia de David (Manuel Uriza) y Deina (Paulette Hernández) una pareja que vive en una cabaña retirada de todo en el México de 1854 y tienen una vida rústica. Deina está deseosa de irse esperando que su suerte mejore con el oro que David busca todas las mañanas en el río.
Las cosas se complican cuando ella empieza a hablar de demonios invisibles y con el acoso constante y creciente de Heiner (Sergio Galindo), un hacendado, Ba’am (Osvaldo Sánchez), su segundo, y Cabo (Noé Hernández), el nuevo sheriff del pueblo. Todo se sale de control cuando aparece Blai (Javier Godino), un forastero que despierta los celos de David y que lo llevarán a unas regiones más oscuras que el desierto.
De izquierda a derecha: Paulette Hernández, Lilia Velazco, Jorge Leyva y Edna Campos.
El pasado 29 de agosto se exhibió esta cinta escrita y dirigida por el sonorense Jorge Leyva, en la décimo séptima edición de Macabro Festival Internacional de Cine de Horror de la Ciudad de México. Aunque la película se filmó y estrenó en 2017, en esta ocasión compite en la categoría de Largometraje Iberoamericano para buscar más distribuidores y alcanzar nuevas audiencias ávidas de westerns con toques sobrenaturales.
A la presentación, realizada en la Cineteca Nacional, asistió Jorge Leyva junto a Lilia Velazco, productora, y Paulette Hernández, co-estelar de la cinta, quienes compartieron detalles sobre su experiencia grabando en La Yuta, un desierto ubicado a cinco horas de Hermosillo, y sobre sus motivaciones para participar en el proyecto.
El sheriff Cabo, interpretado por Noé Hernández, realiza sus investigaciones en torno a un caso con tinte sobrenatural (Foto: Forbes México)
“No quería hacer una película de festivales ni taquillera. Mi acercamiento original a la historia fue hacer algo que yo quisiera ver en el cine, y así como estaba el personaje de Paulette en la soledad, yo estuve buscando los estímulos para hacer un proyecto de esta naturaleza.”, dijo Leyva.
Para él, no resulta anacrónico contar una historia de época, sino todo lo contrario: dice que es un momento ideal para hacer películas de vaqueros. “Como que seguimos viviendo el pulso de un western. Si abres el periódico verás bandas rivales peleándose por el territorio, las elecciones fueron prácticamente ricos contra pobres […] Además, en nuestra tierra, están muy presentes las leyendas sobre indios, elementos sobrenaturales, toda esta onda de Carlos Castaneda con la que crecimos. Esa mezcla de temáticas fue lo que me movió a hacer esta película”
El elenco y producción en su estreno en el Festival de Cine Internacional de Los Cabos, Noviembre de 2017 (Foto de: IMCINE)
La narrativa da saltos temporales a través de un trabajo de edición intrincado y un diseño sonoro que, prácticamente, son el motor del suspenso de la película. Durante su hora y media de duración, la pantalla se vuelve un repositorio de leyendas indo-americanas, prehispánicas y coloniales que navegan entre la realidad y la alucinación. El público es el único que puede juzgar qué está sucediendo y qué es resultado de la creciente paranoia de David.
Leyva también tiene tormentos en la cabeza, pero dice que ellos —junto a autores como Borges y Poe— son una inspiración para escribir: “Hay que convivir con nuestros demonios. Me encantan nuestros claroscuros, y me encanta conocer nuestro lado oscuro. No hay que exorcizarlos, ahí que se queden”
Estamos expectantes de que alguna distribuidora pueda llevarla a cines comerciales después de haber recorrido diversos foros y festivales a nivel global desde su estreno el 9 de noviembre de 2017 como parte de la selección oficial México Primero del Festival Internacional de Cine de Los Cabos