«My best friend» de Sugglestab
Cuando hablamos del Padre no podemos dejar de pensar en el Dios creador como la invenciA?n que creamos para justificar nuestra existencia. Vivimos atrapados en una existencia que no pedimos con conciencia de nuestra situaciA?n por una mala broma de la biologA�a. AsA� que ante la imposibilidad de poder culpar a alguien, tuvimos que inventar a un ser sobrenatural para hacerlo.
La mitologA�a griega abunda con ejemplos de hombres que eran semidivinos, ya que fueron engendrados por un dios (o diosa) junto con un mortal. Esta era la explicaciA?n de porquA� alguien podA�a realizar hazaA�as que ningA?n otro hombre habA�a realizado. La revelaciA?n del padre es un recurso muy amado por los escritores desde la antigA?edad, comenzando por Edipo, Alejandro Magno y siguiendo hacia adelante hacia el rey Arturo, Luke Skywalker y muchos mA?s.
«Beets» de Chris Mars (2016)
No sA� ustedes, pero al menos yo en mi infancia, mA?s de una vez fantaseA� que en realidad no era hijo de mis padres y que venA�a de otro lugar, un lugar donde me comprenderA�an y aceptarA�an como era. SentA�a que habA�a ocurrido un error y yo tenA�a mucho mA?s potencial para realizar mis sueA�os que el que me ofrecA�a la vida.
El misterio de crecer y cambiar viene junto con el aceptar que eres hijo de tus padres, para bien o para mal, y que eso incluA�a la carga ancestral que ellos te heredaban. Ese choque con la realidad puede ser horrible por sA� mismo con relatos como a�?Edipoa�? (de nuevo) o a�?La sombra sobre Insmoutha�? (1931) de H.P. Lovecraft.
«Dagon» de Fouracres
Partiendo de esta creencia, la figura paterna se vuelve nuestro primer contacto con algo aparte de nuestra madre que forma nuestra esfera personal. Y por lo tanto, en muchos sentidos, cuando pensamos en Dios, pensamos en nuestro padre.
Hay quien en este momento intentarA? argumentar que esto es un fenA?meno relacionado con el monoteismo y la religiA?n patriarcal, no voy a discutir de religiones, sino de la imagen paterna. Diosas y politeismo son para otro dA�a.
El punto es que proyectamos la seguridad que nos da el padre, el temor que nos produce cuando se enoja con nosotros hacia el campo religioso y por eso debemos temer a dicha entidad, por eso debemos complacerlo. Porque el padre puede dejarnos abandonados fuera del clan y eso equivalA�a a la muerte en la antigA?edad. El instinto no se ha perdido.
Arte de Molham Haidar
El momento crucial en el desarrollo de la personalidad es cuando por fin podemos matar al padre y ser adultos. Algo ya no tan sencillo en nuestra sociedad moderna donde no queremos crecer y tomar responsabilidad. Pero aun asA�, con Dios no lo podemos matar tan simple ya que es una idea y las ideas no pueden ser matadas.
El horror pues de nuestra existencia radica en no poder escapar de un padre que todo lo ve y todo lo sabe. Al cual no entendemos y no podremos entender nunca. Que queremos escapar de nuestra responsabilidad de matarlo para asA� poder tomar su lugar como regentes del universo. Algo tan extraA�o e imposible de entender que la simple idea parece una locura.
Las novelas «Las llaves del reino» de Garth Nyx. PA�delas por Amazon
En la serie de novelas a�?Las llaves del reinoa�? de Garth Nyx. Un simple joven tiene que hacerse del poder divino del creador el cual han usurpado los Arcontes, asA� se enfrenta a los siete de a uno por novela para al final tomar el lugar del creador de todo. Y mientras mA?s va a ascendiendo, mA?s tiene el temor de dejar de ser quien es.
Y esto es solo desde el punto de vista genA�tico, si ademA?s incluimos en la ecuaciA?n la sociedad en la que crecemos, con todas sus reglas e implicaciones podemos encontrar que el horror no tanto procede de quienes son nuestros progenitores sino que acciones se esperan de nosotros por el simple hecho de haber nacido en una familia en especial. La pelA�cula a�?Hereditarya�? (Ari Aster, 2018) nos coloca en esa situaciA?n. Un compromiso generado por nuestros ancestros que persigue a los miembros de una familia.