El giallo ha vuelto. Y volvió para quedarse. Volvió con estética de VHS, cubierto de estoperoles, pelucas y delineador; sangre falsa y audio que sisea por estar tan comprimido.
Así sabe “Mirada de Cristal”, la ópera prima de los realizadores argentinos Ezequiel Endelman y Leandro Montejano, quienes se hacen llamar ToyBoys Inc. y que son fanáticos del cine de explotación, la farsa telenovelesca y los videos musicales de los ochenta.
De izquierda a derecha: Leandro Montejano, Camila Pizzo y Ezequiel Endelman en entrevista para Psicofonías Podcast.
Desde hace algunos años se ha comprobado la efectividad comercial de la nostalgia pop: si te quedaba alguna duda, basta con enumerar series y películas como Stranger Things, Sabrina (2018), It (2017) o el último remake/reboot de Halloween. Pero Ezequiel y Leandro rechazan la mirada conservadora e inorgánica de esas producciones mainstream: cuando ellos abrazan la nostalgia, lo hacen de forma auténtica. Tan auténtica que “Mirada de Cristal” se ve como una película hecha en esa época, y logra lo que pretende ser: un ejercicio tan personal en estilo y estética, que termina siendo tan subversivo como fue el cine giallo en su momento.
La cinta transcurre en 1985, cuando la supermodelo más importante de Buenos Aires, Alexis Carpenter (Camila Pizzo) muere en una pasarela de modas a causa de un imperfecto en la instalación eléctrica. Un año después, la editora en jefe de una importante revista de moda, Lucía L’uccello, planea rendirle homenaje en el Número de Aniversario. Sin embargo, las modelos que iban a usar los vestidos de Alexis desaparecen, y así comienza una serie de asesinatos color rojo carmín a manos de una extraña silueta femenina.
Como todo buen giallo, la trama es un pretexto para un ejercicio de estética en «Mirada de cristal»
La película no pretende ser seria, sino todo lo contrario. “Tenemos muchas influencias; de las telenovelas, los telefilmes de los setenta y ochenta… los diálogos son muy dramáticos y exagerados. No es una película costumbrista. Hay líneas que puede que no suenan realistas, pero esa es la idea”, cuenta Leandro para Psicofonías Podcast. “Es el mundo de la moda; son mujeres poderosas en los ochenta. La estética es muy exagerada… así que las actuaciones y diálogos tienen que estar al mismo nivel”.
Joan Collins en Dinastía, Catalina Creel de Cuna de Lobos, y todas esas grandes villanas de novelas, se encarnan en el personaje de Lucía L’uccelli, interpretado Silvia Montanari, una de las actrices de más larga trayectoria en la televisión argentina y que de hecho comenzó haciendo películas de terror. Claudia Lapacó, Adriana Salgueiro, Fanny Mandelbaum y Silvia Fernández Barrio son otros nombres de actrices importantes que participaron.
“No tuvimos presupuesto en la película. Ni el INCA, que es el Instituto de Cine de Argentina, nos dio plata. Tuvimos la suerte de que la gente a quienes les hablábamos del proyecto se involucraban de inmediato, obtuvimos los números de las actrices y les encantó la idea”, menciona Ezequiel. Para Camila Pizzo, fue una experiencia totalmente nueva: “No tenía idea de cómo iba a quedar. Fue la primera vez que hice algo así, fue muy divertido hacerle de villana”.
La película fue originalmente pensada como el tercer capítulo de una serie web para Youtube que estaba inspirada en Creepshow, e iba a durar media hora. Tamae Garateguy, productora, animó al dúo a hacerlo largometraje. “Mi habitación fue uno de los sets de la película, y por días viví en la mansión de las L’uccelli. Fue duro, no solo era pensar en dirigir sino además montar cosas. Pero al final valió la pena, si no, no habríamos ido al Festival de Mar de Plata, ni a Londres”, dice Ezequiel.
Leandro y Ezequiel son verdaderos estetas irredentes.
La película transpira ochentas y arde no solo en las pupilas sino también en los oídos; quien sea fan del retro o vaporwave, géneros de música electrónica inspirados en los soundtracks de videojuegos como Outrun (1986), definitivamente debe ver Mirada de Cristal. Rara vez hay un momento en silencio: todo el tiempo hay sintetizadores (a cargo de Pablo Fuu) gritando y pulsando para enervar al público, e incluso un agradable interludio con un tema musical que bien podría haber servido para los créditos iniciales de Mujer, casos de la vida real.
Quizá la única debilidad de la cinta sea la trama por sí misma; ningún personaje pretende ganarse la simpatía del público, y las verdaderas intenciones del asesino sobrenatural son totalmente irrelevantes. Pero al igual que un giallo italiano, la atención está ubicada en la atmósfera y no en la coherencia de la trama; esta es solo un pretexto para ver la sangre chorrear (y en este caso, mezclarse con los colores azules y bermellones de la cinematografía).
“Mirada de cristal” se estrenó en 2017, y en México se presentó en el Mórbido Film Fest 2018. Es un must-see para todo friki del horror que además se digne de seguir escuchando Duran Duran y No Doubt. Leandro y Ezequiel son verdaderamente, como los bautizó el programador de Mórbido, Abraham Castillo, dos “estetas irredentes” listos para seguir salpicando las pantallas con sangre falsa.
