Continuando nuestra plA?tica de la semana pasada, el bebA� reciA�n nacido no tiene otra opciA?n que amar con locura a sus padres ya que estA? completamente indefenso en el mundo.
Somos una especie que al nacer no cuenta con ninguna defensa y por nuestra cuenta no podrA�amos durar ni un dA�a.
Las defensas que la naturaleza nos provee es un llanto agudo con el que llamamos la atenciA?n para exigir algo. A?QuiA�n no ha experimentado el grito agudo de un niA�o y ha sentido como todo en su interior se mueve? Nuestro instinto nos lleva a atender ese llamado ya que nosotros alguna vez lo emitimos.
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The Omen (Richard Donner, 1976)
Existe otra defensa que los bebA�s poseen , ellos son naturalmente simpA?ticos y hermosos para nuestra percepciA?n estA�tica; si logra pasar tiempo con ellos, los padres se enamoran de la pequeA�a creatura indefensa y desprotegida. Esto no es accidental ya que el bebA� secreta una sustancia que genera adicciA?n en los padres para que estos no lo dejen tirado en algA?n lugar. Por eso, si uno de los progenitores no ve por un tiempo a su hijo comienza a sentir una fuerte necesidad de verlo. Estos solo es durante el primer aA�o, pero es suficiente para sobrevivir la peor etapa.
Hemos olvidado lo que era vivir sin servicios de salud, pero hace un siglo, los bebA�s se morA�an con mucha facilidad y los infantes tambiA�n, los padres aprendA�an a vivir con la pA�rdida de sus hijos como algo mA?s que pasaba en el mundo.
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Village of the Damned (Wolf Rilla, 1960)
Ya una vez que el bebA� comienza a andar es cuando empieza la fase de descubrimiento, la cual tiene sus riesgos como el perderse. A?QuiA�n de niA�o no se perdiA? aunque fuera por unos minutos? La sensaciA?n es opresiva y paralizante. Todo es diversiA?n y juegos hasta que en un segundo comprendes que estA?s solo, no reconoces a nadie ni nada. Normalmente lloras y gritas llamando a los padres, la primera respuesta ante la situaciA?n. Usualmente ellos tambiA�n estA?n locos buscando al hijo perdido y en la mayorA�a de los casos, hay un reencuentro feliz. Pero A?y si no sucede?
buy viagra online in ireland. A?CuA?ntos cuentos no comienzan con el protagonista perdido en el bosque? Solo y desamparado sin posibilidad de regresar a casa.Todas esas imA?genes radican en nuestro inconciente desde que somos pequeA�os y siguen ahA�. Separarse de la manada es morir, eso lo entiende cualquier animal gregario. Y eso es lo que usualmente pasa, no importa lo ingenioso que parezca Hansel, Pulgarcito o Caperucita. En realidad por cada niA�o que tuvo la fortuna de regresar a casa hay cientos que se pierden y nunca mA?s vuelven a ser vistos por sus padres. Perdido, por siempre.
Orphan (Jaume Collet Sera, 2009)
Hay infinidad de monstruos que viven en los bordes de lo conocido y esperan el momento oportuno para llevarte con ellos. a�?El hombre del costala�?, como lo llamaba mi abuela. Acaba de salir en cartelera la segunda adaptaciA?n del cuento de Stephen King a�?Esoa�? (IT) en el que una monstruo con apariencia de payaso se lleva a los niA�os a su guarida bajo la ciudad. En Pinochio, estaba la isla de los Vagos, a donde iban todos los niA�os maleducados que se echaban la pinta, para convertirse en burros luego, una de las escenas mA?s impactantes de mi infancia. El Flautista de Hamelin, llevA?ndose a las ratas primero y luego a los niA�os a un lugar perdido. Incluso Peter Pan podrA�a ser un robachicos que se lleva niA�os a su isla perdida en Nunca JamA?s. Su apariencia puede ser inocente e incluso divertida, pero al final todos hacen lo mismo, te llevan a su lugar y nunca mA?s eres visto.
Children of the corn (Fritz Kiersch, 1984)
De toda esta lista, los niA�os monstruosos son especialmente malA�volos, ya que disfrazan sus intenciones con la mA?scara de la inocencia, desde niA�os se nos enseA�a que no debemos hablar con adultos que no conocemos (orden mA?s ambigA?a no se puede dar a un niA�o, literalmente se te ordena desconfA�ar de todos). Pero otro niA�o es seguro, son como nosotros, viven con los mismos miedos que nosotros. O al menos en apariencia. Si un niA�o te dice a�?ven conmigo, al otro lado del parque hay un A?rbol padrA�simo para escalara�?, no dudas un segundo y lo sigues a donde te lleve. Que el A?rbol estA� podrido y las ramas frA?giles, que se encuentre justo encima de un pozo mal tapado con tablones podridos, eso no nos importa, nuestro nuevo amigo dice que lo ha hecho A�l antes.
Pero la inocencia es una mA?scara y el niA�o no es lo que aparenta. El reconocer ese peligro es muy difA�cil y nadie te prepara para ello.
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